
El mundo se encuentra de luto tras la noticia del fallecimiento del Papa Francisco este lunes 21 de abril. Su partida ha conmovido profundamente a fieles y no creyentes alrededor del mundo. En vida, el pontífice ya había expresado su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, por lo que tomó medidas anticipadas para modificar los protocolos funerarios y facilitar ese deseo.
El anuncio oficial fue realizado por el cardenal Kevin Farrell a través de un video publicado en el canal de Telegram del Vaticano: “Esta mañana, a las 07:35 horas, el obispo de Roma, Francisco, volvió a la casa del Padre”.
Desde mediados de febrero, el Papa había sido hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis que evolucionó a neumonía. Durante su hospitalización, enfrentó varias complicaciones de salud que requirieron el uso de ventilación mecánica no invasiva. Tras 38 días internado, fue dado de alta en marzo para continuar su recuperación en casa.
Su estado de salud seguía siendo delicado, y en sus últimas apariciones públicas se le pudo ver en silla de ruedas y con oxígeno asistido. A pesar de ello, procuró mantener su agenda activa, participando en eventos como la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro. Durante esa celebración, su mensaje fue leído por un asistente mientras él permanecía en su silla, ya sin cánulas, y más tarde recorrió la plaza en el papamóvil, deteniéndose en varias ocasiones para bendecir a los fieles.
Antes de que su salud empeorara, el Papa Francisco dejó listos los ajustes necesarios para su funeral, que será más sencillo y con menos protocolos ceremoniales, como parte de su visión de humildad. Estas modificaciones quedaron registradas en una nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico para los funerales papales, el cual recibió personalmente el pasado 4 de noviembre de 2024.
Según explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, el Papa pidió que se simplificaran ciertos ritos para que las exequias del Obispo de Roma reflejaran con mayor claridad la fe cristiana en la resurrección. En lugar de una ceremonia con tres ataúdes, como es tradición, el Papa Francisco optó por una despedida más austera. Además, su sepultura será en la Basílica de Santa María la Mayor, rompiendo con la costumbre de sepultar a los pontífices en la basílica vaticana.
El funeral se dividirá en tres momentos importantes:
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La confirmación oficial de su fallecimiento en su capilla privada.
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El cierre del féretro la víspera de la misa exequial, permitiendo previamente que los fieles puedan venerar su cuerpo en un ataúd abierto, sin báculo ni catafalco.
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El entierro, que ya no incluirá el uso de tres ataúdes ni otros símbolos de poder, en consonancia con su estilo pastoral y humilde.